Hoy es día de celebración. Preparad
los cañones de confeti, los fuegos artificiales y vuestras mejores
galas para festejar el nacimiento del Sello
de calidad Popfástico. He creado este distintivo de
calidad para indicar que algo es tan pop y tan fantástico que tiene
una plaza ganada en el olimpo del poperismo ilustrado. Con suerte
algún día tendrá la misma relevancia que las estrellas Michelín y
se podrá hacer un programa a lo Top Chef en el que los concursantes
en vez de competir por crear el mejor plato se medirán ante las
cámaras por ver quién combina mejor las chapitas en su jersey de
cuello vuelto. Prometo usar este sello de forma responsable pero
tened claro que cuando se lo otorgue a algo/alguien es porque tenéis
que incluirlo en vuestra vida de forma inmediata y sin fecha de
caducidad.
Y cuando digo que es día de
celebración lo es por partida doble porque este sello nace inspirado
en la necesidad de decir que hay un nuevo festival de referencia para
todos los amantes del Pop way of life. Sí, el primer Sello de
calidad Popfástico es para el Zaragoza Popfest (ZGZ
Popfest para los amigos).
Me hubiese gustado organizar una
recogida de firmas solicitando al Congreso que se considere el día
de hoy como festivo nacional pero no me ha dado tiempo. En cualquier
caso, si una vez expuestos mis motivos alguien quiere unirse a esta
iniciativa estaré encantado de aunar fuerzas y crear un movimiento
social a gran escala para reivindicar y lograr que se implante “El
día nacional del Zaragoza Popfest” en nuestro calendario laboral.
Recuerdo que cuando me dijeron que se
iba a organizar un festival en Zaragoza en el que iban a tocar Bla,
Sagrado Corazón de Jesús y Tiger&Milk me sobreexcité tanto que casi me quedé sin aire. Doy las gracias porque la persona que me lo contó
no sabía en ese momento que también estaban en el cartel Capitán
Sunrise, Doble Pletina, Cosmen Adelaida... Si me hubiera dicho el
cartel completo directamente hubiese entrado en colapso mental.
Pensaréis que exagero pero quienes me conocen saben perfectamente
que reacciono así ante estas noticias y, por lo que pueda pasar,
siempre intentan dármelas cuando tienen controlado que hay un centro
de salud cerca.
Sólo pude estar de cuerpo presente el
sábado, aunque mi alma llevaba en La Lata de Bombillas desde el
viernes, lo que se traduce en una gran frustración sobre todo
después de confirmar que el Zaragoza Popfest fue tan genial como
imaginaba y que posee todos los elementos que lo hacen popfástico (el simpre hecho de que tenga sintonía propia ya lo demuestra un gusto exquisito): Se dijo tantas veces la palabra pop que comparándolo con
una de mis entradas parece que yo no la use en absoluto; los chicos
llevaban cárdigan y las chicas vestidos de falda con vuelo; una gran
mayoría de los asistentes llevaba chapitas y teniendo en cuenta que
no están en su mejor momento y han caído en desuso, se agradece (ya
hablaremos sobre eso largo y tendido). Lo que aún estoy asimilando
es la petición de matrimonio que hubo en directo en mitad del
concierto de Bla. AMOR, POP y MATRIMONIO todo junto en un mismo
espacio es algo para lo que mi corazoncito no estaba preparado y que
podría haberme causado un paro cardíaco.
Capitán Sunrise dio un concierto
precioso en el que Santi Diego contagió su emoción a las canciones
y al final a nosotros también. No dejó de dar las gracias a grupos
y asistentes por hacer posible el festival.. El pobre, qué
equivocado estaba. Somos nosotros los que os tenemos que dar las
gracias por organizarlo. También hay que agradecer que incluyesen
tubos de confeti a presión en “Súper plan B”, algo de lo que un
servidor es fan absoluto.
De los que he podido ver, el del sábado
pasado fue el concierto más redondo de Bla. Aunque me siga doliendo
en el alma que no tocasen “Himno reaccionario” tienen tantos
himnos que de tanto saltar mis pies me siguen acusando de un delito
de lesiones.
A Doble Pletina hay que seguir
agradeciéndole que nunca hayan abandonado las canciones de sus EP's.
Que sí, que “De lo concreto a lo general” es de los mejores
discos de 2013 pero es imposible vivir sin “Música para cerrar las
discotecas”, “Artista revelación” o “Cruzo los dedos”. Ya
el gran colofón fue que terminasen con una rareza (¿es demasiado
pronto para considerar que tienen rarezas?): “Deseos a la primera”.
Con Sagrado Corazón de Jesús tengo un
asunto pendiente y es que parece que nunca voy a poder consumar mi
fanatismo más absoluto. Esta es ya la segunda vez que estoy en la
sala que toca el día que actúa y no puedo verle. Me ha atraído la
idea de usar una analogía con la Cenicienta pero voy a ser más fiel
a la realidad: Empezó el concierto en el momento que cruzaba la
puerta con prisa para llegar a tiempo a la estación.
En cualquier caso, lo mejor de todo no
fueron los conciertos, ni las chapitas ni esa zona de merchandising
tan atractiva y maravillosa que provocaba deseos consumistas más
fuertes que la navidad. Como ya vaticinaba la semana pasada, lo mejor
fue que no había por un lado grupos que actuaban y por otro público
sino había una familia unida por un mismo sentimiento: vivir y
compartir el pop. Esa fue la verdadera fiesta.
Gracias Zaragoza Popfest por ayudar a
salvar el POP.
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