El mundo me estaba esperando. Han sido
unos meses de ausencia complicados en los que me he sentido cual
Batman encerrado en su batcueva ante la idea de que Gotham ya estaba
a salvo y no le necesita. Pero me despierto de mi letargo y veo que
no es así, que el pop todavía el mundo y que en ningún telediario
se habla de la vuelta de Cola Jet Set.
Me he dado cuenta de que debo hacer
algo al respecto y por encima de todo me he dado cuenta de que le
debo al mundo no solo seguir tratando de salvar el pop sino también
continuar con el Consultorio del Amor (no está en absoluto
relacionado con el hecho de que sea la única sección que la gente
se lee entera) para desenredar todos esos corazones estrechados ante
la adversidad (vamos, que aún no sabéis diferenciar entre sexo y
amor y tengo que venir yo a explicaros . Sé que algún día me
daréis una gran sorpresa y sabréis cuándo una penetración no da
más de sí, pero hasta entonces tranquilos que aquí está Patrick
Dyphuso para vosotros).
Como en este largo proceso que ha
durado mi ausencia he descubierto que no hay nada que me interese más
que lo que me sucede a mí mismo he decidido protagonizar mi comeback
y resolverme mi propio drama amoroso confirmándome así como un alma
narcisista. He intentado mantener conmigo la misma distancia
emocional que tendría con cualquiera de vosotros.
Y, sin más dilación, el Consultorio
del Amor de Popfástico:
Querido Popfástico,
Me gustaría comenzar diciendo
cuánto te admiro; me pareces un ejemplo a seguir y tu prosa me
parece tan deliciosa como hilarante. He leído infinitas veces tu
consultorio del amor y ahora que me veo en una encrucijada emocional
sé que solo tú me puedes ayudar. Necesito uno de tus sabios
consejos en temas amorosos.
Verás, soy un joven libra que sin
quererlo ni beberlo se ha visto envuelto en una situación complicada
y siento que ahora mismo mi corazón se encuentra en una montaña
rusa de emociones. Voy a intentar no ponerme demasiado melodramático,
pero si lo hago quiero que comprendas que se debe a que estoy muy
confundido.
Hace una semana hice algo de lo que
no me siento especialmente orgulloso y en un momento de debilidad
(debido quizás a las tres copas de vino que llevaba encima) y
estando solo en casa aburrido decidí jugar un rato a Tinder y de
repente empecé a hablar con un chico que a los 5 minutos de
conversación ya me había cautivado con su aparente elocuencia. Me
dejé llevar y seguimos hablando y cada vez pintaba mejor la cosa así
que ni me lo pensé y quedé con él al día siguiente. Me sorprendí
a mí mismo al no usar con él mi excusa estrella, la que uso en
estas situaciones para poder hacer bomba de humo en caso de que la
cita sea un desastre y que consiste en avisar de antemano al chico en
cuestión de que esa noche tengo una cena ineludible que en caso de
que me guste el chico se cancela por motivos ajenos a mí. La verdad
es que pensaba que en persona la conversación no fluiría de la
misma forma y/o no habría atracción física (de hecho me daba pavor
pensar que tendría voz de pito, lo siento por los afectados por esa
enfermedad pero no me gustan los chicos a los que aún no les han
bajado los testículos).
Miedo
me da cómo va a continuar tu consulta amorosa si ya de entrada
cometes el fallo garrafal de confesar públicamente cuál es tu
excusa para huir de alguien que no te gusta porque no te atreves a
enfrentarte a él. Igual has pensado en aprovechar la ocasión para
hacerle entender a alguien por qué no le has devuelto nunca la
llamada lo que supondría ser cobarde ante la cobardía y, desde
luego, muy retorcido.
Pero nada más lejos de la realidad,
fue todo maravilloso e increíble, demasiado increíble incluso,
sobre todo me gustaría destacar que me dio una piruleta que te tatúa
en la lengua un anillo de compromiso y eso es lo peor/mejor que le
puedes hacer a alguien como yo cuyo producto favorito de Tiger es una
cubitera que hace hielos con forma de anillo de compromiso. Al día
siguiente salí de su casa sintiéndome Joseph Gordon-Levitt en la
escena del flashmob de 500 days of Summer. De repente algo
hizo “click” y creí haber encontrado al hombre que me sacaría
de ese largo paseo por el desierto que es la soltería.
Vale, me asalta
una pequeña duda: ¿acaso el chico en cuestión sabe que tu producto
favorito es la hielera que hace hielos con forma de anillos de
compromiso? Porque me atrevo a suponer que no (no creo que nadie
pueda ser tan lerdo de confesar eso en la primera cita, incluso es
preferible contar que acabas de salir del Proyecto Hombre). Partiendo
de esta entiendo que acertada suposición, seguramente lo de dar
piruletas de anillo de compromiso sea marca de la casa. No quiero ser
muy duro contigo pero me parece que insinúas o que el chico en
cuestión ha descubierto de forma mágica que te gustan las cosas con
forma de anillo de compromiso o que te ha pedido matrimonio y
francamente no tengo tiempo de explicarte todo lo que está mal en
cualquiera de esos dos escenario. En cualquier caso, ¿dónde dices
que venden esas piruletas?
i
As
Sé que te sonará precipitado pero
me conozco lo suficiente como para saber cuándo puedo llegar a
sentir algo importante por alguien y si hubieses visto lo
insoportablemente lleno de amor y felicidad que estuve en el trabajo
ese día lo entenderías perfectamente. Hacía mucho tiempo que no me
sentía así de vivo después de conocer a alguien, para ser más
exactos desde que conocí a mi último ex.
El problema llegó al día
siguiente. Llegué a su casa prácticamente con el Vogue Novias bajo
el brazo y, bueno, a lo largo de la noche y por lo que pude extraer
de diferentes conversaciones creo que ha roto muy recientemente con
su novio y también creo que fue una relación de nueve años. Por si
con eso no tuviese suficiente con lo que lidiar, ya en la cama a
punto de dormir me preguntó a qué hora quería que pusiese la
alarma y cuando encendió el móvil para ponerla vi que tenía varias
notificaciones de Tinder.
Hay algo que se me
escapa ahora mismo. Has usado la palabra “creo” tantas veces que
ha perdido su significado. ¿Acaso estás seguro de que acaba de
salir de una relación?, ¿sabes a ciencia cierta que dicha supuesta
relación ha durado nueve años?, ¿estás seguro de algo de lo que
me estás contando? Espera, igual también “crees” que has
conocido a un chico maravilloso pero realmente has estado yendo a
alimentar al gato de tus vecinos. Quiero pensar que no, pero me
alegra ver que a pesar de tener dudas acerca de si este chico quiere
estar contigo hayas decidido dar detalles lo suficientemente
concretos como para que el chico sepa que estás hablando de él si
lee esto y a la vez hayas incluido en tu descripción sobre vuestros
encuentros el “llevar el Vogue Novias bajo el brazo”. Eso desde luego le
tranquilizará mucho, no le dará en absoluto la sensación de que
eres una persona inestable y le hará mantenerse pegado a ti. Bien hecho.
Como era de esperar de repente me
sentí como Joseph Gordon-Levitt en la escena de “expectativas vs. realidad”. Pero, claro, él no deja de tener gestos y
palabras bonitas hacia mí que hasta ahora yo interpretaba como
señales muy positivas y de repente pienso que quizás no significan
nada y también que quizás debería dejar de pensar en cuándo sale
el próximo número del Vogue Novias cuando me lanza una de esas
señales que ahora se plantean tan confusas.
Ahora no sé muy bien cómo actuar
con él y solo pienso en que lo mejor sería boicotearme a nivel
emocional y perder el contacto con él antes de que para mí esto sea
algo demasiado real como para obviarlo (cuando creo que claramente
para él no lo es).
Y esto es todo lo que tengo que
decir mi adorado Popfástico. Como ves necesito tu consejo y lo
necesito rápido, antes de que esto se me vaya de las manos o tome
una decisión precipitada. Siempre he creído en agotar todos los
cartuchos cuando realmente sientes algo por alguien, pero ahora mismo
creo que sería mucho más inteligente protegerme.
Bien, vamos a tomarnos un momento para
respirar. Voy a comenzar recomendando a mis lectores que por favor se
tomen un complemento vitamínimo cargado de ginseng (o siete litros
de redbull en su defecto) para contrarrestar tu soporífero texto que
ha debido de tener en ellos el mismo efecto que cuatro pastillas de
diazepan. Ahí va mi primer consejo querido libra: búscate a alguien
de confianza a quien vomitarle toda tu historia para poder filtrar lo
importante a la hora de exponerle la historia a desconocidos porque
si te paras a pensarlo todo tu texto se puede resumir en unas pocas
líneas: “Voy a excusarme por usar aplicaciones para conocer a
chicos para sentirme por encima del resto de homosexuales. Pero las
uso y he conocido a un chico maravilloso que acaba de salir de una
relación larga. DRAMA, DRAMA, DRAMA”. ¿Ves? No es tan difícil
querido libra. Además, si tan hilarante y deliciosa te parece mi
prosa deja un poco de espacio para que te conteste que yo a mis
lectores no les puedo soltar después de medio año un mazacote de
cuatro páginas de word así de buenas a primeras. ¿Querías
aprovechar quizás la ocasión para deslumbrarnos con tu prosa?
Intuyo en ti a una pequeña Eve Harrington y eso no me gusta nada
(muchas gracias por tus bellas palabras sobre mi prosa por cierto,
trabajo duro para intentar superarme día tras día).
Dicho esto, vayamos con tu drama. No te
voy a negar que te encuentras en una situación difícil y siento
avisarte de que no vas a encontrar en mis palabras el consuelo que
seguramente esperabas (Aviso: si lo que quieres es escuchar un “pero
no seas tonto, claro que le gustas” necesitarás una segunda
persona de confianza a la que vomitarle tus problemas, en este caso
tendrá que ser alguien con un CI considerablemente más bajo que el
de la primera y la inteligencia emocional de una papaya).
Todos conocemos esa increíble
sensación de creer haber encontrado a alguien especial, alguien que
nos haga intentar superarnos para impresionarle; alguien que haga que
todo nos parezca maravilloso; alguien que por fin le dé sentido a
cortarse las uñas de los pies. Es una sensación emocionante y el
mejor consejo que te puedo dar es es que la aproveches. Disfrútala.
Llega muy pocas veces en la vida y como con las temporadas de The
Comeback nunca sabes cuándo va a volver.
Más que nada veo un gran problema en
todo esto: cuando uno sale de una relación no está preparado para
meterse de lleno en otra. Se necesita tiempo para volver a montar tus
esquemas, esos que se destruyen al acabar una relación y, por encima
de todo, necesitas tiempo para ti, para redescubrirte en este nuevo
contexto en el que te encuentras de la noche a la mañana y así
poder reformular tus esquemas. Así que o bien te has topado con una
persona que está recuperando el tiempo perdido en aplicaciones de
sexo (las cosas por su nombre) pero a la vez echa de menos el cariño,
la ternura y la complicidad de una pareja que acaba de perder y
entonces intenta mezclar todos los elementos en un batiburrillo
imposible, o bien has topado con una persona que encadena relaciones
porque es incapaz de estar sola. Ante este panorama claramente es
preferible la primera opción, así el tortazo en la cara te lo dan
en cuestión de una semana, no te pasas años siendo abofeteado por
una persona con claros problemas personales seguramente inducidos por
una relación extraña con Bill Cosby a temprana edad.
Y sé que ahora mismo estarás pensando
que existe una tercera opción, un punto intermedio en el que este
maravilloso chico de repente se siente maravillado por ti y es capaz
de saltar a una relación para la que no está preparado porque no
quiere perderse lo que puede vivir contigo. Bien, también dicen que
existen los bisexuales y Bigfoot. Y NO.
Pequeño inciso: Queridas asociaciones
LGTBI, podéis hacerme llegar vuestras vehementes quejas sobre mi
falta de conocimiento y sensibilidad por los “bisexuales” a
patrickdyphuso@gmail.com.
Os contestaré lo antes posible.
Así que tu tarea es harto difícil
porque tienes que ser práctico y, por encima de todo, muy
inteligente. Piensa que la primera vez que te engañan es su culpa,
pero la segunda vez ya es tu culpa. No te puedo decir que huyas
porque eso sería como hacer que no he aprendido nada de “Notting
Hill” (que es mi mayor referente en cuestiones amorosas y algo así
como la biblia del amor), pero ve con cuidado porque me da la
sensación de que después de mucho tiempo buscándolo por fin has
encontrado tu corazón y en vez de guardarlo en tu pecho a buen
recaudo, lo mantienes en las palmas de tus manos, desprotegido. No
pierdas la oportunidad de conocerle pero mantente atento a las
señales y cuando las haya, si las hay, sal corriendo y pon tu
corazón a buen recaudo. Ya lo has encontrado, ahora no lo vuelvas a
perder. Nunca me cansaré de reptiros a todos que la persona más
importante en cualquier tipo de relación siempre es uno mismo aunque
algunas veces debamos hacer alguna que otra concesión.
Espero que mis sabias y expertas
palabras (recordemos lo de “Notting Hill”) te ayuden a afrontar
este momento (el de descubrir que tienes la capacidad de síntesis de
un mapache). En el tema amoroso, espero haberte ayudado a ver con más
claridad cómo debes gestionar esta situación porque para el tema
que planteas no existe una solución mágica, sin embargo siempre
puedes hacer ejercicios para aprender a resumir textos. Igual esa es
la lección que debes aprender de toda esta historia.
Como siempre, os recuerdo la dirección
a la que me podéis hacer llegar vuestras dudas existenciales que
intentaré leer y solventar lo antes posible si las quejas de las
asociaciones LGTBI me dejan algo de tiempo: patrickdyphuso@gmail.com
1 comentario:
Bravo popfástico !!!
lo has vuelto a hacer ... ya echábamos de menos tus reseñas, de amor, de música, de lo q sea, pero no nos dejes huérfanos de tus escritos !!!
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