4 de marzo de 2015

EL INCIDENTE




Queridos amigos, lectores esporádicos y gente perdida que ha acabado en el blog mientras buscaba porno: hoy vengo a hablaros del INCIDENTE. El INCIDENTE es algo que sucedió la semana pasada y puso a prueba a mi yo civilizado. Me gusta pensar que soy sensato, respetuoso y tolerante y después de cómo supe manejar el INCIDENTE puedo confirmar que, efectivamente, lo soy. De otra forma no se explica que no entrase en cólera y acabase protagonizando una escena de improvisación basada en el final de Carrie. Todo sucedió casi sin que me diese cuenta en lo que ahora parece una milésima de segundo. Mientras disfrutaba de una distendida velada en la que de forma natural la conversación derivó hacia el mundo del pop, un miembro de la mesa hasta esa noche desconocido para mí tuvo una especie de arrebato, imagino que poseído por un episodio de intenso estrés emocional asociado a dramas propios de la vida moderna (es la única explicación que podría justificar su comportamiento) e hizo un comentario de lo más inesperado que cayó sobre la mesa como una granada de mano. Así, de la nada y sin previo aviso salieron de su boca las palabras que primero recibí con estupor y, después, completamente horrorizado: “Pero si Solletico están muertos”.

Como comprenderéis me sobrecogió tan infame declaración y se me presentaron un sinfín de posibles reacciones. Hubo una reacción que, en esa milésima de segundo, iba ganando las apuestas para convertirse en la escogida, me refiero obviamente a mostrar mi ira tirándole el vino a la cara mientras soltaba toda clase de improperios pero, como he dicho, soy una persona respetuosa y tolerante. O al menos lo soy a ese nivel socialmente aceptado que nos lleva a sonreír y guardar silencio ante un comentario que desaprobamos hasta que llegamos a casa y criticamos a esa persona por no pensar y/o actuar como creemos que debería hacerlo.

En ese mismo instante intenté encontrar la frase perfecta, la que iba a demostrarle al resto de participantes de la conversación su ignorancia, esa que me habría de encumbrar a mí como salvador del raciocinio y el pop y le provocaría a él una vergüenza pública que le costaría años de terapia superar. Desgraciadamente, como siempre pasa, no fue hasta horas más tarde, ya en la soledad del hogar y sin nadie a quien fascinar por mi rápida, ingeniosa y certera contestación, cuando encontré la encontré: Quiero que me pidas que me case contigo.

Dejando de lado el resto de motivos por los que Solletico debería ser un grupo de referencia para todos, solo es necesario reivindicar su gran aportación al pop, esa aportación que les convierte de forma instantánea en parte de la historia del pop, mejor dicho, historia viva del pop.

Veamos, nos encantan las grandes canciones de amor, esas que nos presentan el amor romántico de una forma idealizada y suprema. Son maravillosas, edulcoradas, nos llevan a un estado de éxtasis emocional. Alimentan nuestras fantasías y nos dejamos llevar por sus letras, esas letras que usamos como referente en nuestras relaciones afectivas y de las que aspiramos ser protagonistas algún día. Pero Solletico nos han brindado en “Quiero que me pidas que me case contigo” la canción de amor definitiva, presentándolo de una forma racional, emotiva y, más importante, real.



Llegados a este punto tengo que confesar algo que después de tantas referencias estos meses a pedidas de mano y Julia Roberts puede sonar extraño, pero después de días viviendo un debate interno sobre ser honesto públicamente, creo que es necesario. No creo en el matrimonio, desde luego no como institución, pero tampoco como súmmum de la relación estable y eterna. Más que nada porque no creo en el amor eterno que al final es lo que pretende representar. Creo en una sucesión de amores arrolladores, imparables, y que con suerte, llegado el momento o quizás llegada una edad, uno de ellos derivará en un estado de respeto, intimidad y afecto que nos permita compartir nuestra vida con alguien de forma sana que nos aporte una sensación de compañía. Al fin y al cabo no elegimos nuestras aspiraciones vitales.

Aquí Solletico, con una serenidad lírica y musical apabullantes, sintetiza y transmite perfectamente el punto álgido de una relación, el punto al que todo aspiramos llegar cuando iniciamos un amorío: ese momento en el que abrazados la simple idea de tu pareja te provoca un estado de felicidad superior y te invade una vorágine de emoción que, sí, podríamos llamar amor. En ese momento sientes que quieres pasar el resto de tu vida con esa persona, casi puedes veros en esa misma posición dentro de 30 años. Y lo piensas, y lo sientes, aún sabiendo que no va a ser así, pero también sabes que sentir esa necesidad de futuro es más importante y placentera que vivirla.

“Quiero que me pidas que me case contigo” es una oda a ese momento y ya solo por eso el pop les debe eterno agradecimiento. No importa qué suceda en un futuro; es irrelevante que Solletico tarde años en publicar un nuevo EP o que directamente nunca vuelvan a estar en activo. Es imposible que algún día estén muertos.


2 comentarios:

Unknown dijo...

No les conocía ... gracias por descubrirmelos, y sobretodo esta canción taaaaaaaaaan maravillosa !

Solletica dijo...

Hola! Soy Marta de Solletico. Generalmente no comento posts o artículos que salen de nuestro grupo, pero esta vez he querido pasar por aquí para darte las gracias. Muchas gracias por recordarnos y "mantenernos vivos", y por valorar de esa forma nuestro QQMPQMCC.

Estamos en un estado de letargo pero tenemos unas joyitas preparadas que pronto sacaremos de su baúl. Sólo espero que no te defrauden.

Un abrazo.