El lunes nació Núria. Siempre la
consideraré mi sobrina aunque no sea hija de un hermano o hermana de
sangre porque, más importante, es hija de mi compañera de vida, esa
persona que he elegido como familia. Mientras tenía a Núria en
brazos no dejé de pensar en todo lo que quería que supusiese en mi
vida, todo lo que quiero suponer para ella. Me imaginé a la mujer
que algún día será y no pude evitar pensar en todas las cosas que
me gustaría decirle así que esta es una carta para ella:
Tienes la suerte de criarte en Madrid.
Esta ciudad te lo va a ofrecer todo y tienes que intentar exprimirla
al máximo antes de que ella te exprima a ti. Aprende a amarla y a
odiarla pero, sobre todo, hazla tuya. Encuentra tus sitios de
referencia y deja que la gente comparta contigo los suyos. Prueba la
tortilla de patata de La Palmera, los supernachos de La playa de
Lavapiés y la tarta de queso del Maricastaña. Pasa una tarde entera
en la filmoteca, toma un café en el Más corazón y disfruta de un
atardecer en el Templo de Debod. Te aseguro que da igual cuántas
veces lo hayas visto, nunca te cansarás y te seguirá emocionando
cada vez. Queda para tomar una cerveza y acaba de after en casa de
desconocidos. En esta ciudad nunca sabes dónde vas a encontrar el
momento más feliz.
Y cuando creas que lo tienes todo aquí
será el momento de salir y conocer todos los lugares que puedas.
Viaja, a cualquier sitio, sola o acompañada, pero viaja. Enamórate
de la ciudad a la que vayas, de la libertad de deambular por calles
que no conoces y sonreír a desconocidos que verán en ti a la mujer
que tú quieras ser en ese momento. Tienes que descubrir todo lo que
el mundo tiene para ti y al volver ir a tomar un café y disfrutar de
la tranquilidad de saber que aquí todo sigue siendo igual, pero tú
no sigues siendo la misma. Cuanto más viajes más libre serás.
Te dirán que con cada golpe y cada
lágrima aprenderás. No sé hasta qué punto estoy de acuerdo. Lo
que sí te puedo asegurar es que con cada lágrima te conocerás más
a ti misma y nada será más fundamental que conocerte. La única
persona con la que siempre podrás contar es contigo así que aprende
a quererte por encima de cualquier cosa. Si no te quieres a ti nunca
podrás querer a nadie, no de una forma sana.
Sé que tus padres te instarán a ello,
pero lee todo lo que puedas. Bueno o malo. Jeffrey Eugenides o
Danielle Steel. No subestimes lo que puedes descubrir y aprender
porque nunca sabrás lo que te puede emocionar. Ve a todos los
conciertos que puedas, disfrútalos. No dejes que nada te impida
saltar, cantar o llorar con una canción. Da igual que estés en un
estadio o en una sala con 15 personas. Ese será siempre tu momento.
Ten siempre el móvil en silencio y el
corazón a todo volumen. La gente intentará protegerte y, con el
tiempo, seguramente decidas que quieres protegerte. Pero no confundas
la sensatez con ponerte una coraza. No ocultes tus sentimientos, tu
corazón tiene que estar siempre en llamas. Escúchale y haz de él
tu compañero de vida; deja que te guíe. Algunas veces perderás y
siempre habrá alguien para ayudarte a que te levantes pero nunca
nadie te podrá ayudar a recuperar lo que no has vivido. Otras veces
ganarás. Y, dios, te puedo asegurar que cuando ganes lo harás a lo
grande. No quieres perderte eso, te lo aseguro.
Y, por encima de todo, nunca tengas
miedo de defraudar a nadie, solo teme defraudarte a ti.
Yo te voy a querer todos los días
durante toda la vida, seas como seas. Eso sí, si algún día me
dices que “Un soplo en el corazón” no es el disco de tu vida, me
partirás el alma.
1 comentario:
te lo dirá aunque sea mentira ...
preciosa carta, por supuesto me has hecho llorar con tanta verdad y tan bien dicha ...
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