He de reconocer que he vivido un gran
debate interior estos días. Me sentía muy atraído por lo que se
conoce como “hacerse un Family”. Ya me visualizaba fascinando a
la gente con una primera y única entrada popfástica para después
desaparecer fulminantemente. El tiempo haría su trabajo y durante
dos décadas se alimentaría la historia de este blog convirtiéndome
en leyenda. Después podría reaparecer reconvertido en escritor de
novelas románticas. En cambio he optado por la opción fácil y
seguir publicando haciendo acopio del escaso ingenio con el que se me
agració al nacer.
Dicho esto, estoy muy contento de poder
inaugurar la primera de las secciones fijas de Popfástico (en en un programa de televisión aquí se incluirían aplausos enlatados que en
esta ocasión corren a cargo de la imaginación del lector).
Para esta sección y de cara a próximas
entradas me gustaría hacer un llamamiento a expertos en fenómenos
paranormales porque lo que os voy a relatar hoy queridos lectores no
tiene ningún tipo de explicación. Se conoce que la niña de la
curva ha dejado de aparecerse a conductores y se ha recluido en el
bosque para llorar desconsolada por la aparición de un fenómeno aún
más paranormal que ella misma.
Quienes conozcan el grupo entenderán
perfectamente que no deje de preguntarme a cada momento, porque es lo
que siento: '¿CÓMO PUEDE SER QUE COMPUTADORA NO LLENE ESTADIOS?'
Lo lógico sería
que Rockdelux les dedicase
un número especial con 4 portadas diferentes para que los talifanes
las puedan coleccionar (y digo 4 de forma intencionada, Morrissey tuvo 3). Y que la gente haga horas de cola para
intentar ver de cerca el concierto. Si existiese justicia cósmica
más allá del cuarto LP de Ellos, Computadora agotaría
entradas en el Calderón cuatro noches seguidas, las chicas le
lanzarían su lencería más fina a Albert Florent, cantante, y
escribirían en sus diarios "Señora de Albert Florent” adornando
tan idílico nombre con corazones. Porque Computadora está llamado a
ser el grupo que represente el synthpop del S.XXI.
La música de Computadora es algo superior. Al escucharla solo existen esa canción y ese momento. Puede parecer oscura, pero es melancólica, evocadora y tiene incluso un punto onírico. ¡Ah! Y bien de sintetizadores, algo que en Popfástico gusta y mucho.
Recuerdo perfectamente el día que supe
de su existencia. Corría el verano de 2012 y atraído
por una portada maravillosa que más tarde descubriría era obra de
Ricardo Cavolo, le di al play a la primera canción que aparecía en
su Bandcamp, 'Nebulosa Horsehead'.
Lo que ocurrió después fue la
reacción natural ante tal descubrimiento: un nivel máximo de
sobreexcitación que me produjo ganas de arrancarme la camiseta y
salir a la calle a correr y gritar con los brazos en alto '¡COMPUTADORA!'. Pero, siendo honestos, esa no es la actitud
propia de un popero, así que opté por seguir escuchando su único
EP hasta la fecha, 'Conversaciones con el futuro' y llegué al
enamoramiento sin punto de retorno.
Ese mismo año lanzaron el EP
'Megalópolis', siempre con el sello Nueva Monarquía, que contenía
su mayor grower hasta la fecha: 'Negativo'. En general soy bastante
crédulo, pero si alguien me dijese que no opina que ese tema, además
de hipnótico, es de las mejores canciones que ha escuchado lo
últimos años entendería que es una broma y de muy mal gusto
además. No existe otra opción lógica.
Escucha 'Negativo' - Computadora
'Naturaleza utópica', su última
referencia y a la vez su primer LP, no hace más que confirmar lo que
comento previamente. Canciones, especialmente 'Sangre', que te dan ganas de convocar una junta
de vecinos con dos puntos del día. El primero, fundar el club de
fans oficial de Computadora, y el segundo avisar que vas a escuchar a
todo volumen y en bucle 'Naturaleza utópica', que no hace falta que
te den las gracias.
A estas alturas estaréis todos
deseando haceros fotos con Computadora y, especialmente las féminas,
ansiosas por que algún miembro de la banda le firme un seno para
después decirle a sus amigas “no me pienso lavar nunca”.
Tranquilas y tranquilos, es la reacción natural ante tan magna
banda. Así que, por favor, difundid la palabra y consigamos que
llenen estadios.
Recordad, no es un capricho, se llama
justicia.
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