27 de octubre de 2016

Entrevista íntima a Patrick Dyphuso II


Han pasado dos años desde que nos sentamos a charlar sobre el nacimiento de Popfástico, ¿qué ha sido de Patrick Dyphuso este tiempo?

Esto huele a pregunta envenedada de lejos. Normalmente haces esta pregunta cuando se sabes que el entrevistado va a dar una respuesta gloriosa y llena de esperanza para la población que está leyendo la entrevista a las 08:00 con un ojo medio cerrado, el café frío en la mano y el instinto suicida en su máximo apogeo. En esos momentos gusta leer a alguien contar las cosas maravillosas que le han pasado en la vida porque así soñamos que nosotros podemos ser los siguientes, pero sabes de sobra que no me he casado, no he tenido hijos, no me han publicado mi libro, no he empezado a hacer deporte ni he descubierto las maravillas de la homeopatía (perdón por las arcadas, la palabra “homeopatía” me da el mismo asco que Manuela Velasco. ¿Ves? Arcadas otra vez).

Más bien sigo siendo un marica con menos posibilidades de encontrar el amor que Winona Ryder en Stranger Things (aunque me gusta pensar que soy ligeramente más estable a nivel emocional), sigo intercalando episodios de vida saludable donde intento comer bien (o mejor dicho, no comer pizza congelada) con episodios menos saludables en los que mi dieta está basada en... pizza congelada.

No seas tan duro contigo, algo importante habrá pasado en tu vida durante este tiempo

Y dale, la perra para ti. Si quieres escuchar cosas buenas, alguna hay. He conocido a Miren Ibarguren y me hice una foto con ella para poder decirle a la gente que ahora somos BFF (“¿Ves esta foto en mitad de la calle en la que tengo cara de acosador y ella pone cara de susto? Es que somos súper amiguis, no nos separamos para nada”), por primera vez en nueve años he tenido un verano maravilloso en gran parte porque me fui de vacaciones a Benidrom y descubrí que es el mejor sitio del mundo después de Bilbao.

Por fin empiezo a sacarme partido y gracias a que he descubierto cuáles son las prendas que mejor me sientan ya no parezco una mezcla entre un yonqui de los '90 y una ama de casa frustrada de los '60. He pasado de ser un 4 copas a ser un dos copas y un poquito de astigmatismo (me gusta valorar a los chicos en función de cuántas copas necesito tomar para verles guapos y querer acostarme con ellos). En lo musical, me han compuesto una versión de “Han tapiado la puerta del Razzmatazz” que habla SOLO DE MÍ y, claro, una canción que habla de mí no puede más que ser mi canción favorita de la historia. Y, bueno, estoy en una etapa en la que me estoy convirtiendo en buena persona y no juzgo a la gente por cómo viste o qué música escucha. Sinceramente, espero que no dure mucho.

Y te regalo el momento sentimentaloide: Ha nacido mi sobrina Núria, la niña más guapa del mundo y vienen en camino dos sobrinas más, una de ellas se llamará Diana pero ya he impuesto que desde el día de su nacimiento la llamemos todos Lady Di hasta que nadie recuerde cómo se llama realmente. Eso me hace terriblemente feliz.




En 2014 dijiste que tu objetivo con el blog era ser un gurú del pop y en su defecto convertirte en el dj de moda en Madrid durante unas semanas

Lo sé, fui muy ambicioso al pensar que podría ser el nuevo juguete roto dj de moda en Madrid. Por suerte ha pasado el tiempo y he madurado, ahora lo que quiero es retirarme a Benidorm, ser el dj residente de algún hotel con piscina y petarlo como lo hace DJ Gago en el Hotel Brasil cada viernes por la noche (la gente se vuelve loca cada vez que pincha “Mambo nº5”, pero yo quiero innovar y llevar sangre fresca, por eso abriré todas mis sesiones con el “Waka Waka” de Shakira).

Cada vez que hablamos de tus objetivos vitales pienso que te estás riendo de mí

DOS PUNTOS, que diría Ojete Calor.

Uno: Ser dj residente en Benidorm NO es ninguna broma.

Dos: Me da mucho apuro reconocer que el único motivo por el que abrí este blog fue para que los de La Integral me hagan una foto y la suban a Instagram poniendo algo así como “Hoy nos ha visitado el gurú del pop Patrick Dyphuso y ha posado con su disco favorito”. Cada vez que voy me doy una vuelta larga y miro los discos uno a uno para hacer tiempo mientras les pongo ojitos, pero nada, todavía no han caído rendidos a mis encantos.

¿Lo mejor/peor que te ha dado Popfástico?

Lo peor, encontrarme a algún cantante al que he puesto por las nubes en el blog, que me pregunte qué me parece su nuevo material y no atreverme decirle que parece una demo de un disco engendrado para ser carnaza de gasolineras.  Lo mejor, entrar gratis en conciertos y los miles de fotomontajes que he hecho de Teresa Iturrioz, es de lo que más orgulloso me siento en esta vida y creo que con eso y con el Consultorio del Amor he tocado techo, a partir de ahí ya todo va a ser peor.

Entiendo...¿Por eso ya no escribes?

Perdona, no. Escribir escribo, el problema es que llegó un punto en el que tuve una epifanía y empecé a ser consciente de que en cada post la música era una excusa para hablar de mi vida. Por lo visto era algo muy obvio para todos vosotros, o al menos eso me ha dicho la gente, pero en mi cabeza no era tan así (o al menos pensé que os podía engañar mejor), así que aunque escribo alguna entrada aún no he encontrado la fórmula perfecta para publicar un post de 12 párrafos sobre mi vida, sin el envoltorio musical y vendérosla de forma que traguéis la píldora sin poner quejas. Pensaba que no pero sois un público exigente. 

Qué curioso, en nuestra primera entrevista dijiste: “Tampoco voy a contarlo todo porque no me gusta desnudarme emocionalmente ante desconocidos”

Bueno, esa es la versión para solteros del “No quiero exponer públicamente a mi marido y mis hijos, una cosa soy yo como personaje público y otra mi vida privada”. Queda muy bien decirlo, ¿no? 

Ya por último, ¿qué te gustaría decirle a tus lectores para celebrar el segundo aniversario de Popfástico?

Gracias por creer en mí y leerme durante estos años (o al menos de vez en cuando). Prometo no fallaros y no dejar de lado el POP aunque solo sea para postular cada año a Guille Mostaza para el premio a gilipollas del año.