9 de junio de 2016

Si no te gusta Lily Allen es que tienes un retraso músico-emocional importante



Muy a mi pesar (o quizás no tanto porque de ser así habría intentado modificar mi comportamiento para evitarlo) tengo fama de ser intolerante. Y algunas veces me veo con derecho a discutirlo y en otras, como es hoy el caso, no puedo más que resignarme y aceptar que cuando se trata de Lily Allen mi nivel de tolerancia cae a mínimos nunca antes vistos y es directamente proporcional a mis ganas de sentarme a tomar un café con alguien que dice que no le gusta y reprimir con éxito mis ganas de lanzarle a la cara el café ardiendo. Y es incomprensible que a alguien no le guste no solo porque a mí si me gusta (que es el argumento que motiva mi intolerancia en la mayoría de los casos) sino porque la amo como al sol de la mañana y porque Lily representa a nivel social un estrato emocional reprimido, disfrazado y enterrado por la mayoría de nosotros en detrimento de nuestra honestidad y felicidad. Jo, y que también hace canciones muy muy chulis

Así que si no te gusta Lily Allen es que tienes un retraso músico-emocional importante. Lily es el POP.




Hay infinitos motivos para amar a Lily y no todos ellos son tan obvios. Porque podemos amarla por tener que ser sacada en brazos de una fiesta y no avergonzarse de eso; o por inventar una considerable mejora en los pies de micro al incorporarles un soporte donde dejar la copa mientras se viene arriba cantando (en serio, que alguien le dé un premio por esto, ¿no?); por pasarse meses y meses cambiando de color su pelo y esculpiendo sus uñas en formas y tonalidades fantasía o, uno de los mejores motivos: vender millones de copias de su primer disco y lanzar como primer single del que sabes que será tu disco más vendido una canción que habla sobre lo puta que es la industria musical y cómo se premia a la más delgada y el miedo que le infunde formar parte de todo eso hasta el punto de no saber cómo sentirse ni cómo actuar (y si os pensáis que todo puede ser metafórico o estar referido a una tercera persona, olvidadlo, Lily solo habla de sí misma); o por tener las dos mejores frases pop de la historia: "Everything's cool as long as I'm getting thinner" y "I might dance like your auntie".

En serio, cada vez que repaso su biografía me muero de ganas de ser su amigo. Lily, si estás leyendo esto, llámame, te prometo que después de tomar un café nos convertiremos en BFF.




The Fear  


Y es que Lily es BRAVA, no hay mejor representante del concepto (quizás Candela Peña) y esa es su naturaleza. Carece de filtros y de convenciones sociales asociadas a la aceptación popular y desde luego mucho menos abraza ideales de un imaginario popular. Esa es su gran baza, una honestidad en absoluto histriónica con la que proyecta sentimientos y emociones para las que los demás mortales hemos creado subterfugios. Y esto atrae.

Porque aquí llega Lily y lanza una canción en la que habla de cómo le gustaría joderle la vida a su exnovio mientras los demás interiorizamos que es un sentimiento irracional y que debemos mostrarnos fuertes y asimilar la ruptura con entereza y actuar como adultos. ¿Es que a nadie le entran ganas de decirle lo hijo de puta que es y desear públicamente que las cosas le vayan mal por haberte jodido? Es un sentimiento completamente válido que muchas veces nos negamos a sentir y más aún a demostrar públicamente. Y no. Espero que le vaya muy mal y sufra.

Y sobre todo es de admirar el segundo disco que se cascó, It's not me, it's you. Queridos lectores, con ese disco Lily se convirtió en oro molío. El concepto general del disco (al menos para mí) es las ganas que tiene de tener pareja y formar una familia. Y no al estilo de la mayoría de cantantes que hacen canciones muy bonitas sobre lo maravilloso que es haber encontrado de repente a su media naranja, NO. Ella hace canciones en las que hace de encontrar marido y la vida de pareja un paraíso terrenal. Es de admirar sobre todo “22” en la que se queda tan pichi al decir que ahora cerca de la treintena se pregunta qué ha hecho mal este tiempo, que se ha quedado soltera y ella quiere novio y solo consigue polvos de una noche. Y no puede parecerme mejor. Porque todos tenemos el discursito muy bien aprendido e interiorizado y hacemos pocas concesiones públicas a demostraciones de lo que se considera “debilidad” y necesidad de todo aquello que queremos pero no se nos permite anhelar. Porque no nos dejamos querer tener pareja, desear formar una familia y alejarnos de una vida moderna con sus fiestas y sus borracheras que hace tiempo hubiésemos preferido vivir únicamente a media jornada.




Chinese


A ver, que el mantra de “no quiero novio” está muy bien y queda de maravilla decirlo en público en una cena de amigas mientras miras el móvil cada tres minutos para ver si el chico con el que te liaste hace diez días (DIEZ DÍAS, aprendamos a entender los tiempos por favor) te escribe para proponerte tomar una copa después. Y lo esperas con ansia no solo por verle sino también para justificarte al día siguiente frente al espejo que hoy has estado 40 minutos acicalándote. Pero Lily te escribe la que para mí es su mejor canción, “Chinese”, hablando de que lo único que quiere es volver de gira y estar con su novio, desayunar, quedarse dormida viendo la televisión con él y después sacar a pasear al perro. Y, entendedme, con todo esto no quiero decir que todos debamos querer novio o que todos lo queremos y debemos anunciarlo públicamente, pero no coartemos emociones ni nos sintamos mal por quererlo.

De hecho en cuanto tuvo oportunidad Lily dejó la música para formar su familia, que ella ya se había divertido suficiente pero ella realmente quería ser madre y pasar el tiempo con su marido y sus hijos. Todos sabíamos que no le iba a durar mucho la tontería (por suerte) y sesenta y cinco años después (o así lo viví yo) sacó Sheezus.




Sheezus


De nuevo este para mí es un disco temático (cuando digo esto no quiere decir que Sheezus y It's not me, it's you estén concebidos como discos temáticos, pero sí cuentan con suficientes canciones como para ver que apunta hacia una misma dirección). Aquí habla de la plenitud al haber conseguido lo que quería, el agradecimiento a su marido por llegar y salvarla de una vida que no la satisfacía porque prefiere estar en casa con él que estar drogándose por ahí (“As long as I got you”); lo que le gusta tener una vida corriente y echar de menos que llegue el fin de semana para desfasar (“Our time”, de hecho es muy divertido porque al hablar de esta canción ella dice que la versión que más le gusta de sí misma cuando está de fiesta es la que acaba a rastras, la “Lily Britney” como ella dice, creo que aún no acepta que vistos sus antecedentes sería "Lily" a secas); lo bien que le hace sentir su marido y lo bien que follan a pesar de que ella sabe que ella se ha dejado un poco después de tener hijos (“Close your eyes”). De hecho es interesante el número de canciones que hacen referencia a lo bien que folla su marido, en “L8 CMR” no deja de decir que él puede tirarse horas follando sin correrse (ella se lo merecía después de lo que vivió en “Not fair”).



                                                                    

Our Time

Ya he dicho varias veces en el blog que en general poseemos una idea muy distorsionada de identificación y nos resulta mucho más fácil abrazarnos a personajes reales o ficticios más cercanos a la pantomima humana (véase Bridget Jones) para justificar nuestras inseguridades y miedos que vernos reflejados en otros con una personalidad arrolladora, seguros de sí mismos, que no esconden las ganas de triunfar y recibir atención social y/o mediática (¿alguien puede decirme personajes que reúnan estas características y no estén encasillados como los “malos” de la película?). Porque si no eres humilde y lo demuestras públicamente mostrándote vulnerable no representas unos valores que los demás vayamos a aceptar y al final todos nos hacemos la zancadilla los unos a los otros y si yo soy incapaz de mostrarme seguro con mis intenciones y anhelar objetivos no aceptados socialmente, pues a ti tampoco te lo permito. Entramos en una espiral donde nos boicoteamos y es imposible salir de ella. Y así nos va.

Pero Lily lo mismo te canta que es completamente normal ser adicto a los ansiolíticos que con mayor o menor esfuerzo nos receta el médico que lo mismo no tiene miedo (¿y por qué debería tenerlo?) a asumir que le gusta la fama, tener atención, dinero y que ha tratado y/o trata de asumir algunos estereotipos impuestos por los medios para poder lograrlo (“The fear”). Más directa es “Insincerely yours” donde recuerda a sus compis que no hace falta que sean todos amiguis ni que se lleven de maravilla en los eventos, que ella está en esto por el dinero igual que ellos. Todo esto lo dice con una gran sonrisa y después suelta una risilla muy linda que seguramente al verla desde casa su abuela debe de pensar “ai cabecita loca mi Lily”


De hecho para ese último disco Lily quiso lanzar como prime single de su comeback “Sheezus”, canción en la que habla de su miedo al enfrentarse de nuevo a un industria de la que ha estado ausente durante años y cuyo funcionamiento actual entre guerras de divas impuestas por los tabloides se le escapa. Pero eso no le impide decir con cierta sorna que ella quiere ser nuestra diva y que la sigamos incondicionalmente (en entrevistas posteriores al lanzamiento deja entrever que hay menos ironía en sus palabras de la que cabía esperar en un primer momento). La canción al final no fue el primer single porque según ella dice la discográfica le había negado que “Hard out here” fuese single (canción en la que habla de cómo las mujeres son consideradas unas zorras dentro de la industria mientras los hombres tienen vía libre para decir lo que quieran y cómo ellas tienen que estar delgadas y contonear el culo) y llegó al acuerdo de que grababa sin cobrar ni un duro “Somewhere only we know” a cambio de que "Hard out here" fuese single y tuviese vídeo, un vídeo que se lo pasa enterito contoneando el culo por cierto ( teniendo en cuenta que llevaba años sin publicar nada, los millones de descargas de “Somewhere only we know” y la repercusión que tuvo no puede considerarse gratis, pero ella lo ve así y yo jamás me atrevería a discutirle nada a Lily).

Lily es la luz que alumbra nuestro camino, es como seríamos nosotros si de repente fuésemos estrellas de pop (crucemos los dedos) y decidiésemos dejarnos de tonterías. Lily se divierte haciendo lo que se le ocurre en cualquier momento, disfrutando de su posición y a la vez aprovechándose de ella (bravo). Ella es como nosotros y lo es con un buen puñado de hits pop que la acompañan. LILY ES EL POP.