13 de febrero de 2015

Carta a Núria




El lunes nació Núria. Siempre la consideraré mi sobrina aunque no sea hija de un hermano o hermana de sangre porque, más importante, es hija de mi compañera de vida, esa persona que he elegido como familia. Mientras tenía a Núria en brazos no dejé de pensar en todo lo que quería que supusiese en mi vida, todo lo que quiero suponer para ella. Me imaginé a la mujer que algún día será y no pude evitar pensar en todas las cosas que me gustaría decirle así que esta es una carta para ella:

Tienes la suerte de criarte en Madrid. Esta ciudad te lo va a ofrecer todo y tienes que intentar exprimirla al máximo antes de que ella te exprima a ti. Aprende a amarla y a odiarla pero, sobre todo, hazla tuya. Encuentra tus sitios de referencia y deja que la gente comparta contigo los suyos. Prueba la tortilla de patata de La Palmera, los supernachos de La playa de Lavapiés y la tarta de queso del Maricastaña. Pasa una tarde entera en la filmoteca, toma un café en el Más corazón y disfruta de un atardecer en el Templo de Debod. Te aseguro que da igual cuántas veces lo hayas visto, nunca te cansarás y te seguirá emocionando cada vez. Queda para tomar una cerveza y acaba de after en casa de desconocidos. En esta ciudad nunca sabes dónde vas a encontrar el momento más feliz.

Y cuando creas que lo tienes todo aquí será el momento de salir y conocer todos los lugares que puedas. Viaja, a cualquier sitio, sola o acompañada, pero viaja. Enamórate de la ciudad a la que vayas, de la libertad de deambular por calles que no conoces y sonreír a desconocidos que verán en ti a la mujer que tú quieras ser en ese momento. Tienes que descubrir todo lo que el mundo tiene para ti y al volver ir a tomar un café y disfrutar de la tranquilidad de saber que aquí todo sigue siendo igual, pero tú no sigues siendo la misma. Cuanto más viajes más libre serás.

Te dirán que con cada golpe y cada lágrima aprenderás. No sé hasta qué punto estoy de acuerdo. Lo que sí te puedo asegurar es que con cada lágrima te conocerás más a ti misma y nada será más fundamental que conocerte. La única persona con la que siempre podrás contar es contigo así que aprende a quererte por encima de cualquier cosa. Si no te quieres a ti nunca podrás querer a nadie, no de una forma sana.

Sé que tus padres te instarán a ello, pero lee todo lo que puedas. Bueno o malo. Jeffrey Eugenides o Danielle Steel. No subestimes lo que puedes descubrir y aprender porque nunca sabrás lo que te puede emocionar. Ve a todos los conciertos que puedas, disfrútalos. No dejes que nada te impida saltar, cantar o llorar con una canción. Da igual que estés en un estadio o en una sala con 15 personas. Ese será siempre tu momento.

Ten siempre el móvil en silencio y el corazón a todo volumen. La gente intentará protegerte y, con el tiempo, seguramente decidas que quieres protegerte. Pero no confundas la sensatez con ponerte una coraza. No ocultes tus sentimientos, tu corazón tiene que estar siempre en llamas. Escúchale y haz de él tu compañero de vida; deja que te guíe. Algunas veces perderás y siempre habrá alguien para ayudarte a que te levantes pero nunca nadie te podrá ayudar a recuperar lo que no has vivido. Otras veces ganarás. Y, dios, te puedo asegurar que cuando ganes lo harás a lo grande. No quieres perderte eso, te lo aseguro.

Y, por encima de todo, nunca tengas miedo de defraudar a nadie, solo teme defraudarte a ti.


Yo te voy a querer todos los días durante toda la vida, seas como seas. Eso sí, si algún día me dices que “Un soplo en el corazón” no es el disco de tu vida, me partirás el alma.